Steve Alain Lawrence, inversor institucional y asignador experimentado, argumenta desde el parqué de la NYSE que la energía, la tecnología y Bitcoin están entrando en una fase estratégica donde la volatilidad crea oportunidades de reposicionamiento en lugar de amenazas. Ve los combustibles fósiles como estructuralmente esenciales, reforzados por la creciente demanda de electricidad impulsada por la IA y una desaceleración en la adopción de vehículos eléctricos.
Incluso si el crudo cae a los 50 bajos a principios del próximo año, lo ve como una ventana de acumulación, señalando que las compañías petroleras rentables finalmente aumentan de valor.
En tecnología, las correcciones son rápidas y dolorosas, pero también donde se hace dinero a largo plazo; Nvidia, Oracle y los nombres de infraestructura central siguen siendo compras estratégicas en las caídas, con la oportunidad más grande en la columna vertebral industrial que habilita la economía de la IA.
La demanda de energía de los centros de datos está explotando mientras que los vehículos eléctricos pierden impulso, empujando el capital hacia el petróleo, la energía nuclear y los híbridos.
En Bitcoin, Steve ve una demanda a largo plazo y una psicología de suministro limitado que recompensa a los asignadores tempranos, esperando una gran ola institucional por encima de 100K.
Su énfasis: el posicionamiento disciplinado y diversificado importa más que predecir el fondo exacto.