Sue Phillips, CEO de Scent Enterprise y creadora de fragancias para marcas globales de lujo y celebridades, explica cómo el perfume ha evolucionado a una industria de $60 mil millones impulsada por la personalización en lugar de las etiquetas de diseñador. Destaca el cambio de las casas de moda europeas y americanas a los aromas de celebridades, y ahora a fragancias hechas a medida que expresan la individualidad.
Los consumidores modernos quieren aromas que se alineen con la identidad y la emoción, y las viejas reglas de género ya no se aplican. La pandemia aceleró este cambio ya que millones perdieron su sentido del olfato, lo que llevó a muchos a darse cuenta de lo profundamente que el aroma afecta la confianza, la conexión social y el bienestar; el trabajo de curación con aromas de Sue y su libro The Power of Perfume ayudaron a las personas a recuperar tanto el olfato como la propia identidad.
Ella señala que los principales conglomerados de belleza ahora adquieren marcas nicho porque la innovación y la creatividad residen allí, y su visión es mantener experiencias de perfume personalizadas y de alta calidad.
Sue anima a las personas a elegir aromas basados en el estilo de vida y la personalidad —frescos, florales, especiados o amaderados— y a "celebrar quiénes son", reforzando que la fragancia es tanto arte como neurociencia.