Desde el parqué de la NYSE, Asher Mellul explica que el huracán que devastó Jamaica no es solo una catástrofe humanitaria, sino también una rara oportunidad de inversión institucional no correlacionada. Con aproximadamente el 50% de la isla dañada y una pérdida estimada de $7 mil millones —paralizando el turismo, el motor económico del país— Jamaica necesita reconstrucción inmediata, mitigación y capital puente mucho antes de que lleguen los pagos de seguros o los fondos multilaterales.
Esto crea tres verticales principales para inversores sofisticados: servicios y mano de obra de construcción a gran escala (Jamaica carece de capacidad y dependerá de contratistas de EE. UU. y América Latina), financiación puente para contratos asegurados (cubriendo la brecha de flujo de efectivo de 1 a 3 años antes de los pagos del seguro) y fabricación y logística de materiales, donde los productores estadounidenses ya están recibiendo pedidos urgentes.
Mellul destaca que la reconstrucción requiere remoción de escombros, mitigación, inspecciones, valoración, facturación y eventual pago, pasos que exigen capital por adelantado. Debido a que estos flujos de efectivo están vinculados a reclamaciones aseguradas y a la reconstrucción obligatoria, la oportunidad no está completamente correlacionada con la volatilidad del S&P o el Nasdaq.
Él subraya que la reconstrucción de Jamaica se desarrollará a lo largo de los años, y el capital inicial asegurará los mejores proyectos.